jueves, 2 de julio de 2009

CONCIENCIA INCONCIENTE

- No merecía terminar así.
- No quedaba otra salida, Ann.
Ann apagó nerviosa el cigarrillo, mirando el embotellamiento de la esquina a través del ventanal. Sólo volvió la vista al interior del bar, cuando el mozo resbaló de la escalera.
- ¿Qué vas a hacer si te descubren?
- No va a pasar nada. Daniel quedó más que involucrado y yo tengo la conciencia limpia.
- ¿Conciencia limpia? ¡Yo no se porqué carajo te ayudo!
- ¡Si hablas fuerte me van a descubrir!
Ann encendió otro cigarrillo, intentando controlar el temblor de sus manos. Luego de un breve silencio, Mery habló en voz baja y con tranquilidad.
- No podíamos seguir así. Él quería el divorcio y ella no se lo daba. Ya te dije Ann, no quedaba otra salida.
- Siempre supiste que eras la segunda, Mery.
Ann se puso la chaqueta roja y dejó unas monedas sobre la mesa. Mery sacó un espejo de su cartera y se arregló el cabello enrulado.
- Fue con veneno de ratas y la dejé tendida sobre su cama. La justicia va a dudar de Daniel, no de mí.
Mery guardó el espejo y tomó el último sorbo de café. Se levantó, acarició el hombro de su amiga y salió a la calle.

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