Construyo un mundo alrededor de mis propios deseos; en donde te encuentro una noche de agosto en una avenida desierta o en un parque oscuro y me abrazás sin decir nada. Creo con mi mente pinceladas rojas, risas y caudales color carmín que producen sentimientos. Y también invento un corazón que late cuando me miras a los ojos o cuando me estrechas fuerte contra tu pecho. Construyo y me destruyo. Ilusión y realidad que se contradicen.
Construir ese musculo atento y esencial. Cuatro golpecitos, oxigenaciòn, si, era màs realidad que ilusiòn.
ResponderEliminarSaluditos.